Ideas. Llegan, se agolpan, tan sólo me rozan, y se van. Antes de que pueda pararlas y examinarlas detenidamente, y antes de que pueda desarrollarlas.
De vez en cuando, me siento realmente abrumada ante todas las cosas en las que debería pensar y reflexionar, y ante la revelación de que soy incapaz de centrarme en ninguna de ellas. Pensar es necesario, es la manera de configurar tu manera de ser, tu personalidad, tu manera de actuar ante los golpes de la vida. Y pensar se me hace realmente difícil. Lo único que logro es que mi mente salte ágilmente de tema en tema, dejando atrás tan sólo una neblina formada por teorías no formuladas que nunca verán la luz del sol. Ni siquiera escribiendo soy capaz de centrarme en un tema concreto, los dedos vuelan sobre el teclado a la par que las frases fluyen y surgen en mi cabeza. No se piensa, no se reflexiona.
Y en este limbo de pensamientos, me temo que no encontraré descanso para mi pobre cabeza. No podré desarrollar ideas, pero tampoco puedo dejar de pensar en ellas. Es una extraña relación de amor-odio, en la que yo salgo perdiendo se mire por donde se mire.
Por poner un ejemplo, en los tres últimos días he empezado cinco escritos, sobre temas variopintos, todos ellos descartados por verme incapaz de desarrollarlos, menos este. Y a pesar de que este tampoco tenga mucho sentido, esta vez realmente lo necesitaba.
Es verdad… ¿Nunca os habéis sentido como si las palabras fueran una droga? Porque yo, en ocasiones como esta, siento la imperiosa necesidad de escribir. Se podría comparar con la sensación de irse quedando lentamente, poco a poco, sin aire. Y necesitas respirar, por encima de todo. Y necesitas escribir. Y necesitas desahogarte. Aunque, como dije antes, no hago más que saltar anárquicamente de tema en tema, apenas dando pinceladas a cada uno de ellos. Pero así es como soy, ¿no?
No hay nada que refleje más el cómo somos realmente que lo que pueda salir de una reflexión sobre nada en concreto. Y a su vez, no hay mejor manera de darnos a conocer que esas mismas
La verdad es que te doy la razón, a mi también me pasa; es esa imperiosa necesidad de escribir algo para que alguien lo lea, aunque no sabes seguro si pasara y tampoco sabes si de verdad quieres que eso ocurra.
ResponderEliminarMuy bien expresado.=)
Recordáis lo que le dice Max a Liesel Memimger en "La ladrona de libros"?
ResponderEliminarQUIS' FHI (perdonad los que sepáis hebreo. Mi transcripción fonética no es del todo exacta)
ESCRIBE! !!!
En cada ser vivo está el milagro de la vida gracias a la escritura. Palabras de la Torah judía
Recordáis lo que le dice Max a Liesel Memimger en "La ladrona de libros"?
ResponderEliminarQUIS' FHI (perdonad los que sepáis hebreo. Mi transcripción fonética no es del todo exacta)
ESCRIBE! !!!
En cada ser vivo está el milagro de la vida gracias a la escritura. Palabras de la Torah judía