Porque los pequeños placeres de la vida, son los que componen nuestro día a día. Y cosas tan pequeñas, como un simple concierto, o cuatro disparos con la cámara, son los que nos dan las ganas de seguir adelante.
Porque es una estupidez buscar ánimos en grandes cosas, grandes logros, épicas gestas. La felicidad es efímera en todas las ocasiones, y habiéndote centrado durante toda tu vida en un gran objetivo, te encontrarás con que quedas vacío al alcanzarlo.
Y no hay nada más triste y doloroso que una vida vacía.
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