22.9.10

Pequeño vórtice.

Ideas. Llegan, se agolpan, tan sólo me rozan, y se van. Antes de que pueda pararlas y examinarlas detenidamente, y antes de que pueda desarrollarlas.

De vez en cuando, me siento realmente abrumada ante todas las cosas en las que debería pensar y reflexionar, y ante la revelación de que soy incapaz de centrarme en ninguna de ellas. Pensar es necesario, es la manera de configurar tu manera de ser, tu personalidad, tu manera de actuar ante los golpes de la vida. Y pensar se me hace realmente difícil. Lo único que logro es que mi mente salte ágilmente de tema en tema, dejando atrás tan sólo una neblina formada por teorías no formuladas que nunca verán la luz del sol. Ni siquiera escribiendo soy capaz de centrarme en un tema concreto, los dedos vuelan sobre el teclado a la par que las frases fluyen y surgen en mi cabeza. No se piensa, no se reflexiona.

Y en este limbo de pensamientos, me temo que no encontraré descanso para mi pobre cabeza. No podré desarrollar ideas, pero tampoco puedo dejar de pensar en ellas. Es una extraña relación de amor-odio, en la que yo salgo perdiendo se mire por donde se mire.

Por poner un ejemplo, en los tres últimos días he empezado cinco escritos, sobre temas variopintos, todos ellos descartados por verme incapaz de desarrollarlos, menos este. Y a pesar de que este tampoco tenga mucho sentido, esta vez realmente lo necesitaba.

Es verdad… ¿Nunca os habéis sentido como si las palabras fueran una droga? Porque yo, en ocasiones como esta, siento la imperiosa necesidad de escribir. Se podría comparar con la sensación de irse quedando lentamente, poco a poco, sin aire. Y necesitas respirar, por encima de todo. Y necesitas escribir. Y necesitas desahogarte. Aunque, como dije antes, no hago más que saltar anárquicamente de tema en tema, apenas dando pinceladas a cada uno de ellos. Pero así es como soy, ¿no?

No hay nada que refleje más el cómo somos realmente que lo que pueda salir de una reflexión sobre nada en concreto. Y a su vez, no hay mejor manera de darnos a conocer que esas mismas 

13.9.10

Un día más.


Black Devil.
Originally uploaded by Naliade
Porque los pequeños placeres de la vida, son los que componen nuestro día a día. Y cosas tan pequeñas, como un simple concierto, o cuatro disparos con la cámara, son los que nos dan las ganas de seguir adelante.
Porque es una estupidez buscar ánimos en grandes cosas, grandes logros, épicas gestas. La felicidad es efímera en todas las ocasiones, y habiéndote centrado durante toda tu vida en un gran objetivo, te encontrarás con que quedas vacío al alcanzarlo.

Y no hay nada más triste y doloroso que una vida vacía.
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